Prepara adecuadamente el área.
Antes de sembrar, asegúrate de preparar adecuadamente el área. Elimina cualquier hierba muerta o dañada, así como piedras o escombros. Rastrilla la zona para aflojar el suelo y quita cualquier exceso de tierra o grava que pueda obstaculizar el crecimiento de la semilla. Asegúrate de que la tierra esté nivelada y uniforme.
Elige la semilla adecuada.
Para obtener los mejores resultados, elige una semilla que sea adecuada para el clima y la exposición solar de tu zona. También debes considerar el uso que se le dará al césped (por ejemplo, si será utilizado para juegos o para estética). Lee las etiquetas para asegurarte de que la semilla sea compatible con el tipo de suelo y las condiciones climáticas de tu área.
Mantén el césped húmedo.
Una vez que hayas sembrado las semillas, es importante mantener el área húmeda para que germinen. Riega la zona regularmente, pero asegúrate de no empaparla demasiado, ya que esto podría hacer que las semillas se laven o se muevan. También debes proteger el área de los pájaros y otros animales que puedan comerse las semillas. Cubre la zona con una malla o con paja hasta que las semillas hayan germinado y el césped haya crecido lo suficiente.